domingo, 8 de mayo de 2011

El Humalazo

A pesar de ya haber vapuleado anteriormente a Lourdes Flores en las elecciones municipales pasadas, hoy en día a Jaime Bayly no le faltan escrúpulos para ir en busca de su siguiente víctima: Ollanta Humala. No vayan a creer que yo también me visto del mismo algodón que Humala –señor lobo con complejo de oveja –, pero con desdén he considerado pertinente expresar mi opinión sobre el popular tío terrible.

Mi posición política me permite afirmar que no estamos en una buena época, nuevamente tenemos que acudir a la casi beatificada fórmula del mal menor para evitar que nuestra tierra se caiga pedazo a pedazo. Sin embargo, a pesar de que yo no soy simpatizante de Ollanta Humala, creo que esta guerra política que practica Jaime es completamente inaudita y peca de total falta de caballerosidad y hombría, convirtiéndolo en un agente vendido y convirtiéndose así en el objeto sexual de la política – sí, sexual porque solo se recurre a él en casos desesperados–.

Sin lugar a dudas, Ollanta ha cometido muchísimos errores y es el objetivo de Bayly– como periodista –informar acerca de lo acontecido y recordarle a la población acerca de los hechos determinantes (para que estos sean tomados en cuenta). No obstante, no puedo avalar el abuso de subjetividad que tiene su programa, no puedo aceptar que bajo el seudónimo de periodismo se lancen monólogos ofensivos, repulsivos y con argumentos repetitivos y baratos.

Yo tampoco quiero a un Ollanta Humala como presidente de mi país, pero esto no implica que tenga que hacer lo que hace Bayly. Si uno no está de acuerdo con la posición política de un candidato va y hace lo pertinente, es decir, evalúa su plan de gobierno, habla sobre él, etc. Hay más de una manera de evitarlo, o, en su defecto, exhortar a la población hacia otra orientación política.

Esta expresión de periodismo solo lo convierte en un Ollanta Humala 2. De la misma forma en la que él participó del Andahuaylazo con el fin de convencer a todos aquellos fanáticos del nacionalismo de que Alejandro Toledo debía ser derrocado, hoy Jaime Bayly está también formulando su propia guerrilla : el Humalazo. Por fortuna no tendrá pistolas ni escopetas, pero tiene la palabra y la difusión y está luchando por un fin: que gane Keiko Fujimori. Jaime: Si quieres el celeste, que te cueste. Yo tampoco quiero a Humala, solo me parece que tus medios están un poco erróneos. Para mí, el fin no los justifica.

2 comentarios:

  1. Me agradó la forma cómo construiste el texto. Vale, cada día aprendemos más y crecemos en lo que nos gusta.

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